10.21.2011

History is...

¿Qué?....... Sobre el paradigma de la sustentabilidad

“Sólo cuando se cambia de enfoque se descubre algo importante…”
[Alexander Mitscherlich]

Hoy en día, vivimos una era de comunicación avasallante, en la cual es muy difícil, no darse cuenta de lo que acontece a nuestro alrededor. En este sentido, resulta común escuchar en diversos ámbitos de nuestra cotidianidad, la palabra sustentable o sostenible.

Pero, ¿Qué significa esta expresión?, y ¿Qué mensaje nos quiere transmitir? En principio, la sustentabilidad podría parecer un término bastante sencillo de comprender, sin embargo, es algo que necesita de una atención por demás cuidadosa y reflexiva.

El primer acercamiento, es la expresión que define a la sustentabilidad como el “Satisfacer las necesidades y las esperanzas del presente, sin comprometer la capacidad de satisfacer las del futuro” empleada en el informe "Nuestro futuro común" que la ex primera ministra noruega Gro Harlem Brundtland, dirigió por encargo de las Naciones Unidas en 1987, y que fue uno de los pilares conceptuales de la Cumbre de Río de 1992. La sustentabilidad se trata entonces, de la construcción de un nuevo paradigma, la necesidad de procesos creativos que utilicen herramientas analíticas, acordes a un nuevo orden ambiental en el planeta.

El “paradigma sustentable”, como algo significante de la crisis ambiental, trata de desentrañar los conflictos en la relación naturaleza-sociedad. Hace referencia al tema de nuestro tiempo, de lo que está por venir, y con ello claro, la respuesta que adopta la cultura moderna en diversos círculos productores, como el de la tecnología, la economía (el marco en que nace) y por supuesto algo que me ocupa al igual que a varios participantes del blog, la ARQUITECTURA.

De este modo, la problemática en el tema de “lo sustentable”, más que dirigirse a un solo orden cognoscitivo, es encaminado a ejercer una intervención transdisciplinaria, en donde las diferentes ramas puedan formular preguntas conductoras que desplieguen un análisis más elaborado en la conformación de la hipótesis del problema.

En este sentido, la arquitectura y por ende el diseño arquitectónico, tiene un compromiso más fuerte, (y no es que no lo haya tenido antes) de poner atención en las variables de orden ecológico, social y económico, determinantes en la transformación del contexto sustentable.

El papel que debe afrontar el arquitecto tal vez, es el de considerar los escenarios de la cotidianidad, ayudado no en todos los casos por el uso de tecnologías para resolver problemas actuales, definir las metas a futuro, teniendo en cuenta como aspectos fundamentales, la salud física y mental del individuo, su entorno social y ambiental. Adentrase en este tema resulta fascinante y es motivo de importante consideración por parte de las ciencias de Innovación y Diseño.

Grupos sociales en general, científicos, intelectuales, organizaciones no gubernamentales e instituciones internacionales de cooperación, han sido responsables de impulsar estas medidas que impactan en la conciencia humana y toman eco cada vez más, a lo largo y ancho de todas las regiones del mundo.

El término sustentabilidad puede referirse a varias cosas: a un sistema de agricultura, a la recolección de madera y los productos del bosque, a como nos deshacemos de desperdicios humanos, como manejamos un programa de salud, o hasta como un hogar o una nación maneja su propia economía. En cada situación la pregunta es la misma, ¿podemos seguir haciendo lo que estamos haciendo, de la misma forma, para siempre?

Que el sistema sea sustentable en un área no significa que lo será en otras. Cada comunidad, cada zona, cada industria, tendrá que examinar con mucho cuidado sus propios métodos y decidir conscientemente si son sustentables o no. Para muchos autores, lo Sustentable actual es un marco de referencia que nos indica, observar la acción humana, en el momento de su tiempo, en su cultura, en su lugar.

La planeación vista como el proceso a través del cual, se analiza la situación presente (dónde estamos), se establecen objetivos (dónde queremos llegar), y se definen las estrategias y cursos de acción (cómo vamos a llegar), debe sugerir la constante revisión de la practica arquitectónica.

El futuro sustentable, citando al arquitecto argentino Rubén Pesci,
"...requiere la duración, el juego repetido, la responsabilidad del día siguiente. En esta situación solo las estrategias cooperativas permiten jugar con resultados positivos. Nuestro presente nos pide un comportamiento paradojal, nos pide ciudades en un mundo que nunca fue tan metropolitano, nos pide cambiar para dejar de cambiar todos los días, nos pide amar al otro en un mundo buenazo en el cual debemos sufrir el amor desde la obligación, nos pide un erotismo poético en un mundo inundado de pornografía transgresiva."
Parte de este breve texto, es referido en el trabajo que he estado desarrollando, en el taller de investigación de la maestría, y del cual compartiré más adelante, algunos otros temas. Para finalizar esta participación, me gustaría señalar, que el entendimiento que se tenga sobre este tema es muy amplio y que se construye día a día, mediante las reflexiones, críticas y saberes que tengamos todos al respecto. Pero que sin duda, cada vez que hablemos sobre ello, o cualquier otro tema, se aporta en gran medida, a la comprensión de nuestra práctica arquitectónica.

Gracias por brindarle a esta publicación parte de su tiempo.

Arq. Luis Miguel Alvarez Espinosa

10.19.2011

Los modos de producción

Laboro ergo sum...
[Trabajo(produzco), luego existo...]

De principio creemos que es necesario aclarar a que pretendemos referirnos con el término producción, para evitar caer en el entendido que todo lo puede ser. Para ello, anclamos el presente documento a una definición precisa que parece delimitar la acepción de esa idea de producción, y que nos permite identificar cuales podrían ser los modos en la que esta se manifiesta dentro del quehacer arquitectónico.

Esta acepción se encuentra ligada a la definición que nos propone Don Karl Marx, ese multidisciplinario alemán reconocido mayoritariamente por su extenso trabajo sobre el capital. En su obra él describe las condiciones necesarias para que una acción humana sea considerada como producción. Realiza esto mediante su delimitación, permitiéndonos distinguir lo que es una producción de lo que no lo es. Argumenta que ésta sólo es posible con un instrumento, así sea tan simple como la mano; que requiere de un trabajo pasado, así sea tan sencillo como el ejercicio repetido que se ha desarrollado y acumulado por parte del ejecutante en el referido instrumento.
En este caso, podríamos reflexionar sobre algunas consideraciones al respecto las cuales parecen omitirse del argumento, tal vez no por el autor, sino por nuestra propia interpretación. Una de ellas en referencia a las cualidades de dicho instrumento, y sobre todo, a una necesaria materialidad de este. Marx menciona la simpleza del instrumento, como lo es la mano, y esto lo interpretamos como una necesaria condición si ne qua non de materialidad, y por lo tanto, tendríamos que descartar como producción aquello que se genera en el plano del pensamiento; es decir, si no se exterioriza mediante el uso de una herramienta y se acumula a través de un trabajo, sencillamente no puede ser considerado como una producción.

Esto limitaría entonces la condición de la producción en general, exclusivamente a aquello que es posible comunicar, que adquiere un cierto valor de intercambio, dejando de lado aquello que consideraríamos como producción intelectual. Pero no al afirmar esto, descartamos el valor intelectual de la producción, sino que esa producción “intelectual”, que se da en la cognición, al carecer de una exteriorización, no puede tener valor como producción como tal. También habría que argumentar en estas líneas, que el lenguaje y el dibujo también son herramientas, y por lo tanto, podemos describir una producción particular en ese sentido, pero no arquitectónica o de diseño todavía.

Finalmente y básico para entender la producción en general, es lo que plantea el mismo Marx entorno de su concepto del consumo, el cual intentaremos desglosar de la manera mas sucinta posible. Una producción cualquiera, independientemente de la intención con la que sea generada, sólo puede ser considerada como tal cuando es consumida. Si una producción se realiza, digamos para estar ad hoc con nuestro campo, un edificio destinado a ser vivienda, sólo será una producción como tal cuando sea habitada, cuando se convierta en una casa. Esto es, que la producción solo es tal, cuando llega a su clímax, que es el consumo.

La producción determina el consumo en tanto que le proporciona el producto consumido; la determina porque establece la manera en que el producto ha de ser consumido. Entonces la producción no solo genera una particular condición material, sino que a su vez también genera al “sujeto” consumidor propicio para esa condición material, independientemente de si la producción será o no consumida, condición externa e indiferente para la existencia de esa producción especifica.

Desde el sentido del consumo, este también condiciona a la producción de dos maneras, que son próximas a las de su contraparte. Determina a la producción, en tanto su producto solo es producto hasta que este es consumido, y en una segunda instancia, caracterizando a la producción como necesidad, en tanto esta última es percibida como tal cuando es consumida.
Hacemos mención de estas condicionantes generales de la producción, porque pensamos que ayudan a establecer un particular entendimiento alrededor de producciones particulares, como lo pueden ser la del diseño o la de lo arquitectónico. A falta de espacio y profundidad en la extensión de este documento, dejamos abierta la reflexión entorno a ello.

De la producción del diseño

Reflexionando entorno a la actividad propia del diseño, la pregunta que nos interesa es si existe un campo de producción específica de este, pregunta que nos plantea esa otra cuestión relativa a la posibilidad de analizar un proceso de diseño aislado de su producto (que en nuestro caso sería el arquitectónico).

Esta es una cuestión sobre la cual ya se ha argumentado, como en el ya multicitado texto de la “Teoría del diseño y el diseño de la teoría” de José Luis Ramírez, y que pensamos es una labor que excede las pretensiones no sólo de este documento, sino incluso la de nuestro desempeño como imberbes investigadores.

Por lo tanto decidimos abordar, de manera provisional en este texto, al diseño como se expuso en anteriores sesiones, caracterizándolo como un proceso encaminado a determinar la forma de un objeto y que su finalidad es la comunicación de ello para una producción material posterior. Esta parece ser la condición inherente a la que cualquier proceso de diseño hace referencia, y por lo tanto, es inseparable de ella para poder referirse así misma como una producción. Aunque también habría que hacer notar que el proceso de un diseño se compone de múltiples producciones, incluidas en una producción material de mayor extensión procesal, pero que a su vez se siguen caracterizando por el producto que pretenden materializar.

A este respecto, es posible sugerir que si se pretende encontrar una teoría que explique el diseño y su producción general, tal vez sería necesario abordar las determinaciones generales discernibles de cualquier proceso de diseño, independientemente de la referencia a un objeto material y contexto histórico. Aunque habría también que aclarar que esto no es labor fácil, a razón de que el término y su idea no han estado presentes como tales a lo largo de la historia productiva humana, y dicho argumento se construiría en base a supuestos. Tal vez esa sea la razón de la carencia de una teoría del diseño, y de que sea ejercido en base a bosquejos teóricos y metodología(s).

Y a todo esto, ¿en donde se ubica eso de la producción arquitectónica?

Ubicándonos ya al interior de la producción arquitectónica, creemos que esta se puede caracterizar por la presencia o no de un proceso de diseño, lo que nos llevaría a pensar que es posible analizar, desde nuestra interpretación y dejando de lado otros modos de clasificación elaborados por otros tantos autores, una postura que contemple una estructura basada en cuatro fases.

Estas fases van relacionadas por una secuencia, que se puede plantear, inicia con la promoción del objeto arquitectónico, y a la cual le siguen dos fases que pueden estar unidas o no dependiendo del modo de producción. Éstas son la de concepción y materialización del objeto, y continuadas por una fase final de consumo. Es en la concepción y materialización, donde podemos encontrar diferencias que nos sugieren una variedad en los modos de producción de lo arquitectónico.

Los modos de producción de arquitectura con o sin arquitectos... [¡¿cómo que sin arquitectos?!]

Referirse al modo de producción de algo evoca irremediablemente a la observación del proceso dentro del cual se origina, para buscar entender de que modo se pudo producir. Por eso pensamos que para comprender los modos de producción de lo arquitectónico podríamos revisar algunas teorías, que planteadas por algunos autores que al practicar el historiar, explican un modo de entender estos procesos.

Uno de ellos es el arquitecto y teórico austriaco que además se presume como generador de algunos escritos que explican el modo “participativo” de proceder en el diseño, el célebre Christopher Alexander en su documento denominado Ensayo sobre la síntesis de la forma, donde menciona un par de maneras de proceder de la producción arquitectónica, interpretadas como “inconsciente” y “consciente” de sí misma.

En la producción “inconsciente”, se genera producto de una evolución cultural de las formas de los objetos, donde la producción arquitectónica genera de manera social, determinada por el actuar productivo de los integrantes de una sociedad. Este escenario se caracteriza porque el agente productor puede ser el mismo habitador o algún especialista en las técnicas de construcción. En este tipo de producción la fase de concepción del objeto se caracteriza por condicionantes culturales, producto de la imitación y por la adecuación simultánea del objeto dentro de su proceso de materialización.

Paralelamente surge la producción “consciente” caracterizada por tener el conocimiento de ser un proceso productivo, ejecutada por especialistas en dicho campo y ser producto de una evolución del saber institucionalizado. Por lo tanto este proceso es del que nos creemos partícipes los arquitectos, constructores, diseñadores, etc... Dentro de este se nos presentan dos fases productivas generales, una encaminada al proyecto y la de materialización, cada fase elaborada por agentes productivos especializados en su ejecución.

Una interpretación de la clasificación de Alexander se puede explicar partiendo del saber implícito en la producción arquitectónica, de como se concibe y evoluciona; una transformación discursiva que se ha vuelto selectiva, regida por el consumo y su producción, y determinada por la relación de poder/conocimiento. Esto se puede ver reflejado en la producción inconsciente, donde la fase de concepción se gesta paralelamente a la de materialización y libre de agentes externos; y por el contrario, el proceso consciente de sí mismo las fases son separadas en la búsqueda de lo que se supondría una mejor ($$$) realización con agentes productivos especializados.

En otra postura similar, el arquitecto y antropólogo polaco Amos Rapoport, en su documento denominado en castellano Vivienda y cultura, propone una clasificación donde divide la producción arquitectónica en tres tipos; 1 la primitiva, 2 la vernácula industrial además de 3 la moderna y de estilo.

La primitiva la refiere a las edificaciones que son producidas por todos los miembros de una sociedad y que se caracteriza por partir de un modelo arquetípico, socialmente acordado; la vernácula industrial parte igual de ese modelo común, pero se generan variantes a partir de él y la construcción queda en manos de profesionales de la técnica, aunque todos los integrantes de esa sociedad tienen un conocimiento general de ella; y por ultimo, la moderna y de estilo, generada por especialistas en el diseño y la construcción, produciendo formas diversas de edificaciones que no parten de un modelo aceptado por los integrantes de una determinada sociedad.

En este argumento, la clasificación se genera a partir del entendimiento de quien es el agente de producción, los cuales pueden ser los mismos habitadores, hasta los agentes especializados, donde se ubican los arquitectos y los diseñadores entre otros tantos.

Desde el análisis de este par de discursos observamos una coincidencia entre ellos al señalar una inclusión de agentes especializados dentro del proceso productivo. Es posible llegar a pensar que se argumenta de este modo, a razón de que su ejercicio discursivo es realizado desde y para el campo arquitectónico; basado en un historiar, en un esfuerzo por encontrar las determinaciones de la manera actual de producción, analizando sus transformaciones desde la pregunta de quien es el que o bajo que conocimientos produce.

Pero también pensamos que esta postura en concreto puede ser útil en el análisis de los modos actuales de producción arquitectónica, que no parecen diferir ampliamente de estos. Nos parecería también interesante realizar este análisis desde las condicionantes económicas, políticas y sociales de nuestro contexto específico.

De este modo, creemos que una clasificación general que contempla todos los modos de producción arquitectónica sería aquella que lo divide en producción “espontánea” y producción “delegada”. La primera ejecutada por cualquier agente distinto al formado específicamente en las academias, que dicho sea de paso, es la producción predominante por un amplio margen. La segunda, la delegada, aquella que es producida por una entidad especializada, que produce por encargo directo o indirecto del consumidor último, un producto. Esta última no se encuentra disponible económica ni prácticamente para todo el espectro social, y aunque de manera superflua podríamos decir que tiende a desaparecer, encuentra nichos productivos específicos para su subsistencia.

A manera de conclusión abierta, creemos que la producción arquitectónica es un campo de conocimiento diverso y extenso, en el cual la gran variedad de contextos y condicionantes que lo afectan y determinan, generan una amplia gama de procesos productivos, más allá de que se ubiquen dentro de la clasificación general que proponemos. Dentro de ellos pueden o no existir lo agentes productivos especializados, arquitectos o diseñadores, y por ende estar ausente el proceder institucionalizado del proceso de diseño.


Arq. Miguel Alejandro García Macías
Arq. Francisco Javier López Ramírez

10.08.2011

equinoccio de primavera

Este video fue realizado en el marco de la clase de cinematografia y pensamiento urbano contemporaneo con la Dra. Consuelo Farias van Rosmalen, en la maestria de arquitectura en el campo de diseño de la UNAM. La idea es como se puede aprovechar mas un espacio en el cine, ya que se conocen bien los atributos espaciales de los lugares. Este video es de el patio de las capuchinas en la cd de Mexico, donde la idea es que va un fantasma, presumiblemente y sin querer parecer hereje, de uno de los participes en la produccion de este objeto denominado arquitectonico. Bueno se hizo en movie maker, la neta esta media chafa la edicion, pero pues fue mi primer video. Hay se los dejo, y pues critinquenlo cuanto quieran.

ver el video