6.23.2011

Puros puros puros…


puro, ra.

(Del lat. purus).

1. adj. Libre y exento de toda mezcla de otra cosa.

4. adj. Casto, ajeno a la sensualidad.

6. adj. Mero, solo, no acompañado de otra cosa.

9. m. Cigarro hecho de hojas de tabaco enrolladas y liado sin papel.

¿Te gusta el café? Seguramente lo has probado, y lo más seguro es que tu respuesta sea un convencido sí. Pero déjame preguntártelo de nuevo, más detenidamente ¿Te gusta el café? Independientemente si es soluble o de grano. Yo odio el café, no soporto su sabor y como cada vez que lo pruebo me quema la punta de la lengua, dejándola insensibilizada un par de días, y escribo esto porque, hace un par de días, reunido con algunas personalidades de mi poblado, decidimos ir a ingerir unos brebajes y (siendo que aún no pasaba de medio día) decidimos que la opción más correcta, saludable y vista más adecuada por la sociedad, sería la visita a un burdel, no, no, perdón, café, si, café. No falto de inmediato, la persona que bramo, que sería de lo mejor que mi ciudad, mi poblado, tuviera, aunque sea, una franquicia del café con el logotipo de la sirena con las aletas abiertas de par en par, y fue en ese justo momento, que por mi cabeza se conjugo un singular: “¡Chingatumadre!”.

Verán comprendo que la mayoría de las corporaciones son una mierda, o la personificación del Anticristo en la tierra, sin embargo no me opongo a ellas como un hippioso ambientalista comemierda comepasto, porque de mi parte eso sería una total y absoluta hipocresía, ya que si bien puedo prescindir de algunos productos corporativos, soy totalmente dependiente de otros. Así que dejemos el tema “diabólico corporativo” para poner atención en lo que en realidad acontece aquí.

¿Por qué chingados preferirías un café de un Starsucks, a uno producido en la región? Y creo que tengo la respuesta, y esa es, porque ¡A ti no te gusta una chingada el café!

¿Cómo es que me atrevo a hacer tal aseveración? Bueno, tal vez sea porque lo más seguro es, que si vas a un Starcoks, terminaras pidiendo un café, con cuanta chingadera encima. Vamos, que si pides un café, éste será con caramelo, vainilla, leche, chispas de chocolate, cajeta, etc., etc. Por favor permite que sea yo el que te diga, que ya no estás bebiendo café, estas bebiendo otra chingadera, otra chingadera que de igual forma supiera bien, aún si le pusieras bilis de toro moribundo. Y aquí tu bien podrías decirme: “Bueno, por supuesto que no es café. Es por eso que lleva otros nombres como Frappuccino, Moka, Latte o Cacca”. Claro que si, te doy toda la razón, pero por favor, permite que reviente tu burbuja de amor por el café, porque ¡A ti no te gusta el café! Te gusta una mezcolanza de ingredientes que saben a todo, menos a café. Te diré que si te gusta el café, en serio, realmente, te encanta el café, lo tomarías con agua caliente, no más. No azúcar, no leche, no miel; sin galletas, panes o pasteles; sin vainilla, chocolate u orina de rata. Café y agua caliente. No necesitas más, para como tú dices: “Disfrutar una buena taza de café”. Porque es de esa manera en la que en realidad disfrutas el verdadero sabor del café. Ese café que tanto te gusta ¿No es así?

Siempre me he creído un purista. No me gusta el café ni los refrescos, pero si no hay nada más que tomar, prefiero ingerirlos en su estado puro. Igual la cerveza, me encanta la cerveza, pero ponle limón, salsas y cuanta mamada, y permíteme, mandarte a la chingada. Apliquemos esto también para licores. Vodka, Whisky, Tequila, Cognac, Vino. Me vienen perfectos justo como salen de la botella. No michelas, cheladas o “clamatos”; no desarmadores, no latas de Jack Daniel’s con Coca-Cola, no margaritas, Cognac con Coca-Cola, por favor, prefiero tomarme un enema recién aplicado; no esos putos clericot’s. Solo el licor, como sale de la botella, sin nada que pervierta su sabor “original”.

Pero vuelve ahora, a lo anteriormente subrayado, y medita esa gran tontería que acabo de mencionar. ESTADO PURO, como si eso en realidad existiera, café y agua caliente, ya no es CAFÉ, es café con agua caliente, el agua (en la mayoría de los casos, y, si tienes suerte) podrá ser inodora, incolora y sinsabor, pero aún así es un diluyente, así que si te gusta el café, en realidad, porque no vas por unas semillas o algunos granos solubles y comienzas a masticar. Vuélvete loco.

Lo mismo aplicaría, para esas bolsitas de té, rómpelas, no te molestes en calentar o poner agua a enfriar. Rompe esa pequeña bolsa escrotal, y comienza a masticar. Whisky sin soda, como diría el bueno de Sabina, no es aún lo demasiado puro, olvídate e los hielos también… pero no olvidemos que tanto el whisky, como la cerveza, el ron, el vodka, _____________ (nombre aquí el trago de su preferencia), vienen como resultado de un proceso de mezcla de diversos ingredientes. Pocos son los elementos que encontraríamos en un estado natural totalmente puro, y por lo general alcanzan una mejor “calidad” al momento en que se combinan con otros elementos, cosas o formas.

¿Recuerdan esa arquitectura dada al purismo? ¡Qué gran sarta de mam-hadas! Si por alguna razón pudieran existir elementos, objetos o disciplinas que pudieran llegar a ser absolutamente puros, la arquitectura ni por casualidad se encontraría ni remotamente cercana a ese estado idealizado. “Mi arquitectura es purista porque hace uso de colores, líneas y formas puras” ¡No me jodas! El color es sólo descomposición de la luz, o en caso contrario, la mezcla de muchas partículas reflejantes en distintos grados de intensidad, los cuales te dan la idea de un solo color; la línea es la trayectoria o el movimiento realizado desde un punto, no aplica; las formas ¿Cuáles serian esas formas? ¿Las platónicas? ¿Aquellas que vienen y son producto de figuraciones abstractas encontradas en la naturaleza? Naaah, no me la creo.

Personalmente creo que el purismo es una total tomada de pelo, para mantener los dogmas y las doctrinas estables e inmutables, dogmas y doctrinas que las autoridades e instituciones establecidas desean. Y que la arquitectura (como es usual para ella) retoma y establece, dicha tendencia, para hacer de ella un nuevo modelo de configuración de diseño. Como lo podrían ser otros conceptos e ismos de moda como el modernismo, el deconstructivismo, o más contemporáneamente, el liquidismo (risas internas), cuyos postulados, son modificados, cambiados y mutados a favor y con total indiferencia por una arquitectura que no se preocupa por entender, razonar y meditar dichas tendencias. Como sucedió con el deconstructivismo, una ontología que fue totalmente modificada por la disciplina arquitectónica, la cual dio pauta, para ejercer formas arquitectónicas que estaban basadas en la visión de un mundo contemporáneo. Un aplauso por favor, para esa arquitectura “deconstructivista derridiana” que nos ha dejado algunos de los mejores monumentos del capricho y el egocentrismo.

Pero, volviendo al tema central, y ya para terminar este pequeño dialogo unidireccional, sería correcto repetir el hecho de que es esta mezcolanza, ensalada o revoltijo de elementos, lo que puede llegar a conformar dispositivos de mayor valor y calidad en cualquier ámbito de producción o diseño humano creativo. Porque ese “verdadero” purismo, más allá que inalcanzable, es completamente inexistente.

Sólo una cosa más. Estarás de acuerdo en que cuando pides una bebida con leche, dulces, azúcar, canela, vainilla, chocolate y café, no es tu gusto por este ingrediente último, lo que define tu predilección por el café. En pocas palabras, quiero decir que: el café simplemente no te gusta.

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