4.19.2012

Esto no significa diseño


diseñar.
(Del it. disegnare).
1. tr. Hacer un diseño.

diseño.
(Del it. disegno).
1. m. Traza o delineación de un edificio o de una figura.
2. m. Proyecto, plan. Diseño urbanístico
3. m. Concepción original de un objeto u obra destinados a la producción en serie. Diseño gráfico, de modas, industrial
4. m. Forma de cada uno de estos objetos. El diseño de esta silla es de inspiración modernista
5. m. Descripción o bosquejo verbal de algo.
6. m. Disposición de manchas, colores o dibujos que caracterizan exteriormente a diversos animales y plantas.


Comenzar con dos definiciones, dos acuerdos lingüísticos de la lengua española puede resultar simplista, pero es pertinente iniciar así la reflexión sobre el diseño para hacer referencia a lo ambiguo que resulta la significación de aquella palabra que atañe a todos los interesados en el polisémico y multi-productivo campo del diseño.

Este binomio de términos que encabezan este texto, hacen referencia a dos significados: acción y resultado. Una definición para el hacer y otra para lo materializado a partir de ella, es una intención que responde a la necesidad de establecer que el proceso no es el producto. La producción no es lo producido. Pero también hay que establecer que el hacer es lo que significa lo que hago, delimita mi acción y el producto de ello. Por eso la única manera de hacer un diseño, es diseñando.

En lo particular, el término diseñar, acota una acción que produce y que se puede diferenciar de otras. Y aunque la definición básica del diccionario cataloga la acción de diseñar, de una manera un tanto tautológica, eso es: hacer diseño. Y no hacer cosas, objetos dibujos, representaciones. [o salvar al mundo]. 

¿El resultado de diseñar no es entonces, un objeto, o dibujo o lo que se le quiera achacar? Si nos remitimos a la más básica de las lógicas, la diseñar se ubicaría en una etapa previa, como la tentativa formal de un objeto material (pero a manera de representación); el objeto material entonces, no es producto de la acción directa de diseñar; ¿por que sucede con tanta facilidad que se transfieran autorías? [¿El arquitecto es el autor de la arquitectura?]

En contraparte, el otro término, diseño, la definición sugiere que se aproxima al significado del término dibujo: a lo trazado, plasmado; como si la materia tangible del diseño se encontrara en la representación, en la imagen de ello. Lo que sí es discernible, es que el diseño, se refiere a algo con existencia, independiente e individual, y que en relación con el objeto, es previo a su producción de este último, aunque es a él al que se refiere.

Aunque también esa existencia plantea la pregunta, ¿que características engloba algo para ser considerado como diseño? ¿cómo puedo decir que esto es diseño, y esto no, si al parecer se confunden las herramientas para su comunicación con el producto  y a su vez con la acción?

Es en base a esa doble tendencia de la definición de una acción y de un producto,  que podríamos aceptar como válida, al menos parcialmente en cuanto a la significación, que el diseño, se refiere analógicamente a dos cosas: a lo diseñado, como lo que se produce resultado de la fabricación material; y simultáneamente, hace referencia a la acción de diseñar, como el acto que ejecuta el que diseña.

Buscando una construcción lógica, un orden en las ideas, se acepta que el diseño como tal no tiene representación ni tangible ni material; que diseño, se refiere a un proceso, un forjado que se da a través de la construcción imágenes representativas, concatenadas para especificar algunas características formales de un objeto que se quiere producir. Es entonces un proceso, y no tiene representación física ni material.

Diseñar-diseño, forman un binomio en donde diseñar, se refiere a la ejecución de un proceso de diseño. Y que de ello no se obtendrá nada que se pueda nombrar como diseño, sino un cúmulo de documentos que comunican una intención, pero que nunca se constituyen como la representación del diseño; son, correctamente, la aproximación a la representación de un objeto que todavía no existe.

Aceptando las limitaciones de la palabra y de la imagen, se puede acordar entonces, que el diseño y lo diseñado no son lo mismo; que el diseño específico sólo puede ser presentado como “el diseño de algo” y que generalmente esto se refiere al uso de herramientas que representan, como por ejemplo en la producción arquitectónica, un conjunto de planos o “el proyecto”, que sirve para ejecutar una serie de instrucciones en la acción constructiva o edificante.

El diseño es un ejercicio que se puede catalogar de “ensayo”; es más práctico y eficiente, primero plantear “algo” que se quiera producir, como imaginario, y luego hacerlo o producirlo en la materia, para reducir la posibilidad de un error de ejecución que repercuta en la viabilidad práctica y económica de su producción

Así, la imagen de unos planos de la casa-estudio de Luis Barragán, conocidísimo mexicano promotor de la edificación (Fig.1 Fig. 2), que es una representación (tal vez posterior  al objeto ya construido en este caso) producto probablemente de un ejercicio de diseño, no es equivalente a la casa en sí, representada por una imagen de la misma (Fig. 3), que a su vez tampoco es el diseño de la casa, ni la casa.

Esto se traduce en un planteamiento sobre como conocer sobre el diseño: como una producción separada, diferenciada a la del objeto. Abordado así, la intención del diseño no se centra en lo diseñado, sino en reflexionar sobre las implicaciones de la acción de diseñar como un proceso encaminado a producir por sí misma, una prefiguración, que ya es producto, de aquello que requiere que algunos aspectos de la forma material sean definidos para su producción “material”. [Algunas reflexiones: cuál será entonces el sentido de lo arquitectónico? ¿el diseño de lo arquitectónico tiene ya valor antes de lo arquitectónico edificado? O es sólo en función de ello? ¿Cómo repercute el entendimiento de ello en el ejercicio de la enseñanza del diseño arquitectónico?]

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